Categoría: Año Litúrgico

  • Domingo de Ramos

    Domingo de Ramos

    El Domingo de Ramos es el pórtico de la Semana Santa. La conmemoración litúrgica que abrirá nuestros corazones al esperado Triduo Pascual.

    ¿Ya pensaste que las mismas personas que gritaron «Hosana al Hijo de David», son las mismas que consintieron en su crucifixión solamente seis días después? 

    Así es, {{first_name}}, la terrible lógica del pecado y del egoísmo que el Hno. Ronny explica en el video.

    Además, ¿te diste cuenta que Jesús quería ser coronado por el pueblo de Jerusalén como Rey Celestial , y así llamarlos a heredar la vida eterna? 

    ¡Que disfrutes el video!

  • La Santa Cuaresma: un camino para el cambio de mentalidad, la «metanoia»

    La Santa Cuaresma: un camino para el cambio de mentalidad, la «metanoia»

    Importa resaltar que notamos, con el pasar del tiempo, un divorcio entre lo que se piensa y el accionar diario en la vida de los hombres. San Pablo exhortaba a los Romanos (12,1) a que no se amolden con el mundo: «no os conforméis con este siglo». Invitaba a vivir el Evangelio de manera coherente, y que extiendan a la vida cotidiana, a sus formas de ser y de actuar, las enseñanzas que reciben. Que no haya una separación sino, por el contrario, una simbiosis, un prolongarse -por ejemplo – de lo que sienten en una celebración Eucarística hacia la vida diaria. Que esos momentos, esos después, sean una como que prolongación de lo que vivieron y sintieron.

    Esa ruptura ocurre en los días de hoy en muchos cristianos que no reflejan, en sus maneras, gestos, actitudes, todo lo que sus propios labios afirman. En su forma de vida en general, hay un discordante entre las enseñanzas del Evangelio, los Mandamientos de la Ley de Dios y los preceptos de la Santa Iglesia.

    Pueden participar habitualmente de las misas dominicales, pero, al salir, encontrándose con el mundo secularizado que los rodea, sus vidas se alejan de esta santa realidad que vivieron apenas un pequeño período de tiempo durante la semana. En la vida familiar, profesional, cultural y social, todo como que se «olvidó»… No se produjo una ósmosis entre lo que creen, y celebraron, con lo que posteriormente viven.

    En una de las formas de despedida, terminada la Eucaristía, antes del «Podéis ir en paz», momento en que partirán para su vida cotidiana, el sacerdote dice: «glorificad con vuestras vidas al Señor». Aclamación que invita a que cada uno haga de sus vidas un testimonio misionero continuo, para que la santidad y dignidad de lo que se vive, sea como un insustituible manantial que atrae a los otros. Vida litúrgica y vida cristiana están íntimamente unidas como causa y efecto, son realidades indisociables. Bien afirmaba San Juan Pablo II que: «una liturgia, que no tuviese un reflejo en la vida se volvería vacía y ciertamente no agradable a Dios» (26/9/2001).

    Aprovechemos este recorrido cuaresmal para que nuestra vida sea de acuerdo a lo que creemos y defendemos. Que demos testimonio de nuestra fe, no sólo con nuestros labios o palabras, también con nuestra conducta diaria.

    El escritor francés Paul Bourget, en su obra «Le Démon du Midi» (1914), afirmaba que «es necesario vivir como se piensa, so pena de, tarde o temprano, acabar pensando como se vive». La integridad, vivir como se piensa, de acuerdo con los principios que se defienden, sin mancha alguna que la ensucie. Mantener la consonancia entre los principios o doctrinas que uno defiende o predica, y la vida concreta de todos los días.

    Bien afirmaba el Apóstol San Juan en su carta (2, 3-11): «El que dice: ‘yo lo conozco’ pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está con él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él. El que afirma que permanece en Cristo debe vivir como él vivió».

    Que en esta Cuaresma preparemos nuestros corazones, cambiemos de mentalidad, tengamos una «metanoia», pero, con la decisión firme de ser coherentes, y «vivamos como pensamos». Todo lo que hagamos de «sacrificios y ofrendas», no serán nada, no tendrá efecto, si no van acompañadas de un entrega íntima de nuestros corazones a los preceptos de la Iglesia, a los Mandamientos de la Ley de Dios, que son la expresión de la voluntad del propio Dios. Que la Santísima Virgen, Madre Dolorosa, nos lleve siempre a Jesús, Nuestro Señor. Amén.

    Por el P. Fernando Gioia, EP

  • Cuaresma, tiempo para renacer

    Cuaresma, tiempo para renacer

    Es un tiempo en el que no debemos temer avanzar y encontrar que necesitamos seguir afinando muchas cosas de nuestra vida que tenemos desafinadas, porque no hacemos el bien, no buscamos estar tiempos con Jesús, porque no compartimos o somos egoístas…

    Con Jesús que nos da la Clave, sabemos que la melodía sonará a la alegría y la esperanza de la Pascua y que esa alegría no se acabará jamás.

    Cuarenta días de camino interior que lleva a la plenitud de sentirnos amados por un Dios que apuesta por el ser humano. Por eso, Cuaresma es sinónimo de transformación, de seguir la invitación de Jesús a Nicodemo, para nacer de nuevo en el Espíritu.

  • Adviento, ¿qué es?

    Adviento, ¿qué es?

    ¿En qué consiste el adviento?

    El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

    El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

    Se puede hablar de dos partes del Adviento

    Primera Parte: Desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;

    Segunda Parte: Desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada “Semana Santa” de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en la historia, la Navidad.

    Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesia ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

  • ¿Qué se puede hacer para vivir mejor el adviento?

    ¿Qué se puede hacer para vivir mejor el adviento?

    El Belén: La tradición de realizar un Belén viene desde San Francisco de Asís quien comenzó la costumbre de colocar un pesebre que representara el nacimiento de Jesús para la Navidad. A los niños les da mucha alegría ayudar a recrear un Belén, que puede realizarse de varios materiales. La escena puede irse montando al comenzar el Adviento, o lentamente cada día, dejando la cuna del Niño Jesús vacía hasta Navidad.

    La cuna del niño Jesús: Además del Belén, también se puede colocar una cuna de madera en algún lugar visible de la casa, que se irá llenando durante el Adviento con un trozo de paja que representen actos de bondad y pequeños sacrificios, simbolizando así la preparación del corazón para el nacimiento del Niño Jesús.

    La Corona de Adviento: es circular y se hace con ramas de los árboles para simbolizar la eternidad de Dios. Se le pueden colocar semillas y frutos, porque simbolizan la vida y la resurrección. En ella hay cuatro velas, tres moradas, que representan la oración y la penitencia, y una rosada que simboliza la alegría, ésta se enciende el Tercer Domingo de Adviento “Domingo Gaudete”. La autora sugiere se realice un paseo familiar el Primer Domingo para colectar todo lo que se necesita para la corona, y luego realizarla junto con los hijos. Se hace bendecir por un sacerdote y posteriormente se sitúa en un lugar visible dentro de la casa, para que se ilumine en los momentos de oración y a la hora de cenar.

    Villancicos de Adviento: A San Francisco de Asís también se debe la tradición de los villancicos. A diferencia de los que se cantan durante la Navidad, las canciones de Adviento deben expresar la espera, el anhelo por la llegada del mesías. Los niños les gusta mucho los cantos; se les puede enseñar uno nuevo cada día.